Una nueva escuela en un pueblo de Aragón: un entorno de aprendizaje muy innovador y pedagógico que pretende dar ejemplo en términos de confort y luminosidad. Con este proyecto se pudo construir un sitio de aprendizaje para desarrollar la curiosidad de los estudiantes.

El esqueleto es de hormigón armado, y la piel del edificio está formada por paneles prefabricados de hormigón completamente visible desde el exterior. Para romper con la serieza del exterior del edificio, se ha jugado con colores primarios para el resto de elementos, como es el caso de las ventanas que todas están realizadas en color amarillo. Además, en la entrada del edificio se ha colocado una chapa metálica como revestimiento y de color azul que, junto al rojo de los pilares y ménsulas del exterior, aportan vitalidad y alegría al recinto .